Desde niño, con una gran inquietud y fundamento en su estética, Frutos, comenzó de forma autodidacta a crear esculturas, sin pensar que en un futuro podría convertirse en un gran artista .
Obras de naturaleza y carácter íntimo, con equilibrio y movimiento perpetuo para captar la atención del espectador. Son obras de carácter fuerte, abundante geometría, gran sencillez y cierto minimalismo en algunas de ellas.
Frutos sigue la línea de otros grandes escultores, pero con un gran sentido para los espacios abiertos.
Escultor avanzado, con arrolladora sencillez artística y una sensibilidad especial. Conocedor de los secretos para la realización de obras de calidad. Meticuloso a la hora de utilizar ciertos mecanismos, materiales, y herramientas. Todo esto lo ha ido ayudando en su evolución como artista.